La semana pasada, en un restaurante de Bogotá, me sirvieron una deliciosa salsa de tomate junto con el ajiaco, la famosa salsa colombiana. Al probarlo, me recordaba mucho al sofrito, esa base de tomate y cebolla que utiliza la cocina mediterránea en sus guisos. Le pregunté al camarero y me dijo que se llamaba hogao, pero que era muy parecido al sofrito. Podría ser sofrito, pero quedó en hogao. Lo mismo le ha sucedido a las tecnologías semánticas.
Hace dos meses, durante la STI International Summit en Creta, nos reunimos investigadores de este campo y pude comprobar de cerca el progreso de Schema.org.
¿Qué es Schema.org? Tanto este paper, como su propia descripción en la Wikipedia lo definen perfectamente: un proyecto defendido por los principales buscadores web (Google, Bing, Yahoo y Yandex) para crear un conjunto de datos estructurados para la anotación de páginas. En resumidas cuentas, lo que pretendíamos hacer con ontologías, pero mucho más simple.
¿Es Schema.org una ontología? Me temo que no. No tiene namespaces o identificadores únicos. Tampoco tiene axiomas, instancias o clases. De hecho, no se le parece. En cambio, parece que muchas instituciones sí están utilizando esta reformulación de la tecnología para anotar sus webs, algo que no conseguimos en diez años de gran inversión en el campo de las tecnologías semánticas.
Podríamos haber sido sofrito, pero nos quedamos en hogao. Y ni tan mal. Después de terminar la salsa, pedí otro pequeño plato. Muchas veces, no es la cantidad, ni lo bien hecho. Ni que lo mejor es lo enemigo de lo bueno. Es simplemente, que Schema.org, si breve, dos veces bueno.